Los primeros están muy influidos por la situación del edificio respecto al entorno, por la proximidad de zonas de tráfico, vertederos, actividades agrícolas o instalaciones industriales. Sin embargo, la mayoría de las olores tienen su origen en el propio interior del edificio, siendo la causa principal los propios ocupantes y las actividades por ellos desarrolladas. Se ha comprobado que entre el 40% y el 100 % de los compuestos presentes en un ambiente interior tienen olor. Y algunos de los olores a rancio y humedad que se perciben en algunas zonas de edificios mal ventilados y húmedos son identificables.
Las unidades para cuantificar las fuentes contaminantes y los niveles de contaminación percibida por el humano son el olf y el decipol. Debido a la complejidad del factor olor se ha definido unos métodos de medición en la norma UNE-EN 13725 "Calidad de aire-determinación de la concentración de olor por olfatometría dinámica" y los valores de la calidad de aire percibido exigido en el RD 1027/2007, por el que se aprueba el RITE.
En la parte II de las Instrucciones técnicas del reglamento en las exigencias de bienestar e higiene, los valores para la calidad del aire interior percibido están de acuerdo a la norma UNE-CR 1752:2008 "Ventilación de edificios. Criterios de diseño para el ambiente interior".
Acceso: Consultoría Prevención Riesgos Laborales , Servicio de Prevención Ajeno