- La obligación por parte de los titulares de las actividades de desarrollar las actuaciones para la implantación y el mantenimiento de la eficacia del Plan de Autoprotección, de acuerdo con el contenido definido en el Anexo II y los criterios establecidos en la Norma Básica de Autoprotección.
- La obligación por parte de los titulares de las actividades de informar con la antelación suficiente a los órganos competentes en materia de Protección Civil de la realización de los simulacros previstos en el plan.
- La obligación de designar por parte del titular de la actividad, una persona como responsable única para la gestión de las actuaciones encaminadas a la prevención y el control de riesgos, además de una persona responsable única, con autoridad y capacidad de gestión, como director del Plan de Actuación en Emergencias, que será responsable de activar dicho plan.
- El establecimiento de protocolos de comunicación inmediata de los incidentes que se produzcan y tengan o puedan tener repercusiones sobre la autoprotección, para la movilización de los servicios de emergencia que deban actuar.
- La exigencia de emitir una certificación por parte de los órganos competentes de la implantación del Plan de Autoprotección.
- La obligación de la empresa de conservar la información sobre las actividades de mantenimiento de la eficacia del plan y de los informes de evaluación realizados.
En resumen, son muchos los aspectos y los criterios de elaboración que intentan quedar regulados con la entrada en vigor del Real Decreto 393/2007.
Esperemos que con todo esto lo que se aumente es la seguridad de los centros dedicados a actividades que puedan dar lugar a situaciones de emergencia, intentando evitar que los Planes de Autoprotección se vean como “un documento que aumenta la carga de fuego del local donde se encuentra depositado”.
Acceso: Consultoría Prevención Riesgos Laborales, Servicio de Prevención Ajeno
